Los cultivos en Santa Fe han experimentado un notable avance gracias a las lluvias caídas en febrero y marzo, según el último informe de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. Las precipitaciones han beneficiado especialmente a los cultivares de soja temprana, que se encuentran en etapas de reproducción y llenado de grano, especialmente en el centro y sur de los departamentos del SEA. La disponibilidad de agua en los suelos ha sido calificada como buena a muy buena en estas áreas, aunque la situación sigue siendo desigual en otras regiones.
En el caso de la soja temprana, los cultivos han mostrado reacciones positivas, mientras que en el norte de la provincia, los efectos del estrés térmico y la falta de agua continúan siendo evidentes. Además, el aumento de humedad ha propiciado la proliferación de malezas, lo que requerirá controles adicionales por parte de los productores.
El proceso de cosecha del girasol avanza de manera irregular, con un 92% de la superficie ya recolectada. Los rendimientos varían, alcanzando promedios desde 12 hasta 32 quintales por hectárea, con algunos lotes excepcionales que llegaron a 40 quintales, superando las expectativas del sector. Sin embargo, la presencia de aves en los cultivos ha causado daños significativos.
En cuanto al maíz temprano, la cosecha ha retomado su ritmo, aunque condicionada por las condiciones climáticas. Los rendimientos en el norte fluctúan entre 58 y 70 quintales por hectárea, mientras que en el centro y sur se reportan promedios más altos, alcanzando hasta 120 quintales en lotes puntuales.
Finalmente, los cultivos de algodón presentan un panorama variado, con condiciones que van desde muy malas a buenas. El estrés térmico y la distribución desigual de las lluvias han afectado el desarrollo de las plantas, lo que podría impactar en los futuros rendimientos. La cosecha en los lotes sembrados más temprano iniciará la próxima semana, aunque se prevén desafíos en calidad y rendimiento.
Fuente: Revista Chacra.